Érase una vez un niño que se llamaba Marck que aunque era español, vivía en New York.Vivía allí desde que sus padres se separaron.Además de vivir con su madre, su hermana Aída no dejaba de darle la lata.
Aída era una niña de 7 años.Nunca iba a ningún sitio sin su muñeca Barbie,que según Marck ( y yo ) era muuy pija.
A Marck le encanta patinar y todo lo picante.Todo, excepto el ketchup.
Un buen día, Marck decidió ir a su bar favorito de Little Italy,llamado Anti-pasti.Siempre se veía obligado a llevar a su hermana consigo.No tardaron en atender a Marck y Aída:
-¿Qué desean bambino y delicada bambina? -Dijo el señor Italiano que siempre les atendía.
-Yo tortelini de queso con nuez moscada.¿Y tu, Marck? -Aída se relamía los labios.Marck miró la carta como de costumbre,se puso la mano en la barbilla como de costumbre y, al fin respondió:
-Yo, unos espaguetis a la carbonara.
-¿Con ketchup? -Dijo el señor Italiano.
-¡¿Con que?! -Dijo Marck incrédulo.
-Con ketchup, señor bambino.
Marck se volvió loco al oir el nombre de aquella salsa.Se levantó, tiró la mesa y salió corriendo.
Aída le siguió,con el estómago vacío.
Cuando Aída llegó a casa vio a Marck tapado con una manta, una percha en la cabeza y la máscara de payaso del carnaval pasado.
-"Esajerao"... -Aída miró a su hermano con cara de incrédula.
Marck se quitó la máscara y la percha y miró a su hermana.
-Hacemos una apuesta-dijo Marck.
-OK.
Mark adivinó lo que su hermana pensaba.Aída cogió una cuchara y le tapó los ojos a su hermano. Llenó la cuchara de ketchup y se la metió en la boca a Marck. De pronto, la musica de Sicosis empezó a sonar.
-¡NOOOOOOOOOOOOOO! -gritó Marck
Pero, a medida que gritaba, el ketchup le empezó a gustar.
-¿Ves como no era tan difícil? -dijo Aída.
Cuando Aída se dio la vuelta Marck le arrebató el ketchup de las manos de ésta y se lo bebió enterito.
¿FIN...?
