Érase una vez un niño que vivía en un bosque y todos los días ese niño tenía que cruzarlo todo para ir a la escuela.
Un día por la mañana Carlos (así se llama el niño), se fue por el bosque a la escuela y todo iba bien cuando entró en la escuela.
A la hora de salir de la escuela no llegaba su padre para recogerlo y llevarlo a la casa de su madre. Entonces el niño se puso a caminar hacia la casa de su madre, pero alguien lo empujó, y cayó en un pozo golpeándose muy fuerte en la cabeza.
Pasado un rato, la madre salió a buscar al hijo, porque como veía que no llegaba de la escuela se preocupó. No lo encontró y llamó a un equipo de rescate.
Buscaron a Carlos en todos sitios, pero no aparecía; se dieron por vencidos. Pero la madre sabía que habría alguna esperanza de encontrarlo, sin embargo no fue así: el pozo ya no estaba, es como si hubiera desaparecido y al final acabaron con la búsqueda.
Desde entonces todo el mundo al que le contaban esta historia decía que el bosque estaba encantado y por eso le pusieron el nombre del bosque negro.
FIN
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