Érase, una vez una niña que pensaba que por ser fea era tonta.
Al poco tiempo de empezar el instituto se murió su madre, y a los pocos días falleció su padre.
Ella hizo una promesa: no volveré a hablar NUNCA MÁS...
Pues esta promesa le causó muchos problemas, no era como las otras: no tendré novio, no me sacaré el carné de conducir...
Esas no le causaron problemas, pero la nueva promesa sí.
Los compañeros de clase no paraban de gritarle y parecía que se la iban a comer.
Un día se le ocurrió hablar en clase para responder a una pregunta y FALLÓ.
Ella lo sintió en el corazón, se hechó a llorar y en dos tres segundos desapareció.
Apareció en algún lugar misterioso y allí pudo hablar con sus padres, y su padre le dijo que el más tonto es el más listo.
Eso a ella le sirvió de mucha ayuda.
Su padre le comentó que ella debería hablar porque: "nosotros nos hemos ido y por eso, deberías coger fuerzas y... hazlo por nosotros, por favor..."
FIN.
No hay comentarios:
Publicar un comentario